Este acuerdo es un hito indiscutible en la historia de nuestro país, porque es un acuerdo pactado, ambicioso y que supone una recuperación nítida y una mejora evidente de derechos laborales de la clase trabajadora. El Gobierno y los Sindicatos acuerdan la subida de 1.000 euros del Salario Mínimo Interprofesional, desde el 1 de enero. Va al corazón de las personas que menos tienen, es para las personas discriminadas en nuestro país, es una subida que va afectar de manera fundamental a las mujeres a las trabajadoras de nuestro país que trabajan en los sectores más precarizados, que trabajan en aquellos sectores donde los salarios son más bajos. Va directamente a los corazones de los jóvenes para dignificar sus condiciones de trabajo, por eso tiene especial importancia esta subida del Salario Mínimo Interprofesional para estos colectivos. Es un acuerdo al servicio del interés general. Y en el que los Sindicatos cumplen con su obligación constitucional. Así beneficiara también a los trabajadores/as que trabajan en empresas sin representación Sindical. Por tanto, esta subida es una buena noticia, para los trabajadores  y trabajadoras, en especial para los que menos ganan, pero también para la economía, porque incentivara el consumo y la actividad, para el empleo y para el conjunto del país. “Es la mejor herramienta para combatir la pobreza laboral”. Y sobre todo para combatir la vulnerabilidad de los jóvenes y las mujeres.

Así, el nuevo acuerdo en materia laboral elimina algunos de los aspectos más lesivos de las antiguas legislaciones, abriendo un nuevo escenario para las relaciones laborales que recupera equilibrios en la negociación colectiva y promueve la generación de empleo estable al desincentivar la temporalidad y la precariedad, principales señas de identidad de nuestro mercado laboral durante décadas. Es, sin duda, un muy buen acuerdo, que debe ahora trasladarse a la práctica diaria de contratación de las empresas y a la negociación de los convenios colectivos, impulsando de manera consensuada un mercado laboral más eficiente y justo y, como consecuencia, unas empresas más productivas y competitivas.

UGT exige que el SMI se sitúe ya, como mínimo, en 1.000 euros al mes en 2022 (debe alcanzar el 60% del salario medio al final de la legislatura) y que el salario mínimo de convenio crezca este nuevo año hasta los 1.100 euros.